Educar sin distancias
Muro de un solar en obras decorado con motivos escolares. Compartir fue siempre un valor revolucionario. Ahora llega un tiempo marcado por las distancias; la separación de personas y bienes parece una condición de supervivencia. La prevención sanitaria señala la importancia de mantener a raya el coronavirus, sin percatarse de que la distancia social es la expresión radical del mundo tal y como lo conocemos. Nada nuevo; basta con ver imágenes de Estados Unidos, o la reclusión de inmigrantes, o el trato a los ancianos en España. Ya se marcaban diferencias antes de todo esto ; es a partir de ahora cuando la separación entre los humanos se acorta o se exagera. La semilla más fecunda para corregir las desigualdades es la educación. Por eso importan tanto los detalles del tiempo nuevo; no basta con esperar instrucciones oficiales para adaptar el cuidado de la salud a la experiencia colectiva de las aulas. Son -han sido y van a seguir siendo- el principal y a veces único esp