Paradojas de confinados
Avenida Marítima de Las Palmas de Gran Canaria, el sábado 2 de mayo de 2020. La vida no entiende de protocolos . Ese carácter indomable dificulta la labor de los gobiernos, rompe los esquemas prefijados, altera el carácter de la gente. Como la primavera, pero a lo grande. Precisamente por eso, por imprevisible, surgen alteraciones que destrozan cualquier plan. El virus de Wuhan , por ejemplo. Ahí andan los sabios de la tribu tratando de alumbrar procedimientos de defensa, modelos de control o simples pautas de supervivencia frente a lo desconocido. Este desorden acarrea numerosas paradojas, que expresan las limitaciones del comportamiento . Christian Drosten , el virólogo que coordina en Alemania la lucha contra el coronavirus, habló el otro día de la paradoja de la prevención . Si los hospitales no rebosan, los ciudadanos no entienden la vigencia del confinamiento. Y así surge la urgencia de la economía, las prisas por abrir fábricas y comercios, la ansiedad por recuperar