Breves notas previas a las elecciones de mayo de 2023

Solución habitacional en el cajero de una entidad bancaria de la capital grancanaria.


La cita electoral del 28 de mayo revisará la composición y las políticas del Gobierno canario, de los cabildos y de los ayuntamientos. Es el primer paso por las urnas después de la pandemia de Covid que alteró la vida de la gente desde marzo de 2020. Y es por tanto la oportunidad de medir si efectivamente, esa alteración ha provocado cambios profundos en la conciencia política de los ciudadanos, o quedará como un episodio sin relevancia en la configuración de la gestión pública. Sin ánimo de ser exhaustivo, estas son algunas percepciones previas de los elementos que se conjugan en esta convocatoria. 
  1. El Gobierno regional. La continuidad del actual gobierno, apoyado en el pacto de las flores que han mantenido cuatro partidos durante todo el mandato (esto es novedad en Canarias, un gobierno que aguanta sin alteraciones un mandato completo), dependerá del impacto que tenga en las urnas la fragmentación de Podemos. Porque en términos generales, el resto de los aliados (PSOE, NC y ASG) aspiran a mantener el escenario, sin grandes expectativas de cambio, lo que augura una batalla a partir de un empate técnico entre la alternativa de derechas que reúne a PP y CC y el actual conglomerado gobernante. En esa tesitura, será el partido más pequeño, ASG, el que con sus tres escaños asegurados decida de qué lado se inclina la balanza. En este contexto, los factores decisivos para elevar los márgenes de cada formación vienen dados por la gestión en las instituciones más cercanas, como los ayuntamientos y los cabildos.
  1. Los cabildos. El más importante de los resultados electorales en los cabildos está lejos de cualquier controversia; el Cabildo de La Gomera será gobernado de nuevo por ASG y la única duda viene de la mano de si la organización de Casimiro Curbelo podrá ganar otro escaño más allá del escenario gomero, bien en el sur de Tenerife o bien en El Hierro. El resultado será intrascendente para la gestión de la isla, pero decisivo para la configuración del Gobierno regional.
  1. Las capitales. La concentración del electorado en las grandes ciudades del Archipiélago hace que los resultados de esta gestión municipal tengan un impacto indirecto, pero suficiente para poder alterar las mayorías en las instituciones superiores. La batalla resulta interesante tanto en Gran Canaria como en Tenerife, porque las mayorías actuales pueden cambiar de color con pequeños desvíos de unos 10.000 votos. En ambas instituciones se repite como principal incógnita la deriva de la caída de Podemos, que no sólo presenta una tendencia de bajada en sus expectativas de votos, sino que la fractura sufrida con Alberto Rodríguez parece de suficiente intensidad como para hacerle desaparecer al menos en las instituciones insulares. Y ahora mismo los pactos en las dos islas mayores se sostienen con el voto marginal de Podemos, un escenario que no podrá repetirse si se confirma la debacle de los morados.
  1. Gran Canaria. El gobierno insular se juega en un estrecho margen de votos entre NC, que ocupa actualmente la presidencia, y el PSOE, una disputa que en 2019 se resolvió en el último recuento a favor de Antonio Morales por el estrecho margen de 8.000 votos, reunidos en las urnas de Gáldar. El PSOE presenta como candidato al hasta ahora alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, que viene de ocho plácidos años de mandato capitalino sentado sobre los apoyos mansos que le han prestado Podemos y NC. La ausencia de fisuras en ese pacto local hace que el capital político de Hidalgo, sea el que sea, se asiente sobre la renuncia de esas dos otras formaciones a mostrar un perfil propio en la gestión de la ciudad más grande del Archipiélago, que aporta la mitad del censo a la circunscripción insular. Sin embargo, las enormes carencias mostradas como gestor convierten a Hidalgo en parásito de la marca PSOE, porque aspira a que sea el tirón de la marca el factor que catapulte su candidatura, carente de éxitos que ofrecer como gestor. 
  1. La acusación silenciada. Llama la atención que la acusación de acoso sexual en el trabajo que el fiscal ha formalizado contra el que fuera jefe de gabinete y mano derecha de Hidalgo durante seis de los ocho años de mandato no haya tenido consecuencias políticas (los aliados no han exigido ningún tipo de responsabilidades por los hechos que provocaron el cese del acusado). Este es el gran elefante en la habitación de los pactos de la izquierda en Canarias. ¿Cual es el límite moral de las alianzas? ¿Se permiten comportamientos delictivos como los descritos por la Fiscalía con tal de preservar la calma en los pactos? La condescendencia de los aliados con los graves comportamientos desarrollados durante años en el entorno de la Alcaldía capitalina de Hidalgo evidencia el deterioro ético de alianzas políticas como la instalada al frente de la gran ciudad de Canarias. En cualquier otro contexto, este tipo de asuntos habría desatado la ira de las formaciones políticas implicadas, que sin embargo han optado aquí por mirar hacia otro lado con tal de no generar conflictos en las relaciones internas del pacto capitalino, a base de considerar el abuso sexual continuado en el despacho que da acceso directo al alcalde como un asunto particular, sin significado político cuestionable. El criterio de los órganos internos del PSOE al promocionar este perfil de candidato ni busca ni contribuye al entusiasmo ciudadano; más bien se reduce a promover representantes dóciles, sin otro escrúpulo que el exigido para disfrutar de un sueldo público cuando no se sabe ganar la vida de otra forma. En general, mientras los partidos políticos capitalinos sigan usando el ayuntamiento como centro de rehabilitación social de sus dirigentes o como campo de pruebas de fidelidades endogámicas, la ciudad seguirá a la deriva.
  1. El precio de esa degradación debería bastar para alejar del poder y de cualquier institución a todos los implicados, al margen de los daños que la ausencia de gestión ha dejado en el mapa de la ciudad. La suciedad acumulada en las calles, la pérdida de la bandera azul de la emblemática playa de Las Canteras o los retrasos acumulados en la obra de la Metroguagua bastarían para un serio correctivo a los actuales gobernantes de la ciudad, que sin embargo aspiran a un lavado de cara que les aporte continuidad confiando en la escasa participación del electorado. El tamaño de la abstención urbana va a definir si habrá movilización suficiente para cambiar de rumbo, pero sólo el comportamiento de quienes acudan a las urnas definirá lo que ocurra, en la ciudad y en el resto de las instituciones. Después ya habrá tiempo para quejarse.

Comentarios

  1. Magnífico artículo con una reflexión ajustada a la gran realidad que vivimos como consecuencia de las vendettas con el amigo marroquí. No es casualidad que los viejos masones que están desnortados sigan apostando por sus amigos norteños africanos. Desde luego mi voto no irá para ningún bisnoso!

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